lunes, 18 de octubre de 2010

El hermano de la novia. Parte 2


Como mencioné en el anterior post, mi relación con Mónica parecía no tener ningún problema, pero nada es perfecto.

Algunas semanas pasaron y fue suficiente para darme cuenta que nuestra relación no daba para mas. Mónica quería vivir un amor de novela. Pero no de cualquier novela, sino una Corin Tellado en la cual el protagonista pierda un brazo, quede ciego y tenga que donar su hígado, por conseguir la felicidad de su amada.

¿Y que pasó con "el hermano de la novia"?. Su historia empieza aquí. Mientras Mónica y yo estábamos en medio de nuestra crisis de ruptura, su hermano estaba terminando también su relación, lo que significaba que regresaría a vivir con ella. Por esos días, acompañados de unos vinos, me dijo que contaba con su apoyo para que siga con su hermana (que generoso cuñado ¿no creen?). Lamentablemente, las cosas entre su hermana y yo no funcionaron, pero a pesar de ello, no nos distanciamos del todo.

Unas semanas después de terminar, fui a visitarla, y lo que empezó como una amena visita amical, se convirtió en un "remember". Estando en su cama y justo a la mitad del encuentro, llegó su hermano. Me quedé petrificado, solo atiné a ver posibles rutas de escape ante un inminente ataque con arma blanca. A lo que ella me dice: "¿que pasó? ¿palteado?... pero si mi hermano te conoce".

Mientras ella se levantaba desnuda, se ponía un polo y se dirigía a saludar a su hermano. Su hermano me vió, me saludó y sonrió, mientras conversaba alegremente con su hermana. Me tomó varios segundos aceptar que saldría ileso de tal situación, es mas, aceptar que no habría consecuencias negativas contra mi persona. "Algo no esta bien" repetía una y otra vez en mi cabeza.

A los pocos instantes Mónica me dice "ya es tarde, quédate a cenar" y su hermano insistió, a lo cual acepté. Ella nos sirvió y se excusó de comer diciendo que estaba a dieta, por lo que aprovecharía a darse un baño mientras cenábamos. El televisor estaba encendido, mientras su hermano me conversaba las anécdotas de su día, muy alegre, mientras yo lo miraba incrédulamente repitiéndome: "algo no está bien". Unos minutos después regresa Mónica, recién salida de la ducha, aun mojada, desnuda, secándose con la toalla delante de nosotros, mientras nos preguntaba si estaba rico lo que ella había cocinado. Era una situación tan surrealista y actuaban con tal naturalidad que solo atiné a decirle que estaba rico, a lo que su hermano agregó: "es que Mónica tiene buena mano para la cocina... y para otras cosas mas". Ambos se rieron escandalosamente mientras yo tuve una risa de acompañamiento que disimule mi asombro. De pronto una reminiscencia: mi amiga me había dicho que "había quedado impactada con la relación que ella tenía con su hermano". Esta escena duró unos 15 minutos, después de los cuales solo atiné a irme.

Pasaron algunos meses antes de volver a comunicarme con ella. Uno de esos calurosos días de verano, me encontraba en un bus cerca a su casa, me llamó y le dije que estaba a pocas cuadras, y me dijo: "baja a mi casa, mi hermano a traído varias películas (...) también dice que vengas". Asumí que esta invitación serviría para aclarar lo que tal vez fue una mala percepción que tuve acerca de ellos, total, era ver películas con canchita y refresco. Al llegar a su puerta, toqué y ella me dice desde adentro que pase, que estaba preparando el refresco. Entré y la veo con su cuerpo escultural casi desnudo, solo usando una especie de micro-boxer. "Cierra rápido la puerta -me dice- acaso quieres que me vean de afuera" mientras se reía. Un montón de ideas pasaron por mi cabeza, pero lo que mas deseaba era abalanzarme sobre ella cual león sobre su presa y que el haber mencionado a su hermano haya sido solo una excusa para convencerme a ir. Ella sonreía por como la miraba (con deseo, libido al 100%), mientras me decía: "parece como si nunca me hubieras visto antes".

De pronto una voz me saluda desde la habitación, era su hermano sonriente. Nuevamente este bendito pensamiento se repetía en mi cabeza: "algo no está bien", cuando vi que su hermano estaba únicamente en truza, echado sobre la cama. Y ahí recién vi otro detalle, no había mas camas en todo el minidepa, es decir, ambos siempre dormían juntos (algo que ella misma me confirmó después). Hacia un calor insoportable, y la escena me hizo sudar mas. Ella me sugirió tomar una ducha para estar mas fresco (realmente lo necesitaba), ademas que tenia ropa que me podía prestar para estar mas cómodo. Una vez en la ducha, pensaba una y otra vez si todo esto era realmente cierto y casi convencido de que después de todo lo que vi, nada me sorprendería.

Me llamaron hacia el cuarto para iniciar la maratón de películas de amanecida; A pesar de estar en polo y short y tener un ventilador al lado, el calor era insoportable para mi. Mónica estaba al medio de la cama y su hermano al costado, ambos tapados de la cintura para abajo con las sábanas. Después de unos minutos me vieron sudando y Mónica me dice: "pero si tienes calor sácate todo y tápate con la sabana, es mas fresco. Lo tomé como un reto... así que me me tapé de la cintura para abajo con la misma sabana y me saqué todo. Pero al levantar las sábanas para taparme, pude ver que, al igual que yo, ambos también estaban desnudos.

No recuerdo que película fue, ni que excusa usé, solo sé que apenas terminó la primera película, inventé algo y me fui, a pesar de su insistencia para quedarme.

Ha pasado muchos años de aquella experiencia, y con Mónica solo me comunico por teléfono o internet. Ella no ha cambiado mucho, sigue atrayendo miradas por donde camina. Su hermano aun sigue soltero y con el mismo carácter alegre de siempre. A pesar de habernos llevado bien, no quisiera tener un "hermano de la novia" como él otra vez. A veces uno cree haberlo visto todo, pero "la realidad supera a la ficción".

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